jueves, 27 de mayo de 2010

Vallecitos 2010: relato completo

Hola Andinautas:
Ya de regreso en Castelar, paso a relatar la expedición Bicentenario al Co. Adolfo Calle.

El objetivo principal era coronar la cumbre del Adolfo Calle (fundador del diario Los Andes de Mendoza en 1883) el 25 de mayo. Los objetivos secundarios, pero no menos importantes, eran el intento de cumbre de un 3000 de gente que nunca había estado en montaña y estudiar las reacciones a esa altitud.

Llegamos el sábado 22 a Mendoza, luego de algunos contratiempos en el viaje, y encaramos la subida al refugio Maussy al cual arribamos a eso de las 16 hs con un día soleado y con temperatura agradable. Vallecitos estaba rebosante de expediciones y gente de montaña.
Intentamos comunicación con la otra expedición Andinauta vía vhf pero no lo conseguimos.

Por la noche se desató una tormenta de nieve y viento que dejo una capa de 15 cm en casi todas las cotas inferiores. Esta tormenta se adelantó 24 hs según las predicciones del tiempo, lo cual nos benefició porque los días subsiguientes fueron espléndidos y permitió a algunos expedicionarios experimentar el uso de botas dobles.

Luego de un “desayuno” dominguero (11 hs), salimos hacia el Co. Arenales alcanzando la cumbre a las 15:45 hs los Andinautas Patricio Arbelo y Gustavo Mercade y el resto de los expedicionarios, Eduardo Herrera y José Luis Pérez. Yo regresé al refugio acompañando a Oscar Degreff que no se sentía con fuerzas como para seguir y había que sortear los dos escalones de la quebrada del estudiante, que a esa hora ya tenían hielo fijado a la roca.

El día lunes 24 teníamos planificado un trekking hasta el pie del acarreo que da inicio al ascenso del sendero que lleva al portezuelo entre los cerros A. Calle y Stepanek, con la intención de medir tiempos de aproximación y ganar fuerza muscular y anímica en aquellos que no estaban entrenados en montaña.

El martes 25, dejamos el refugio a las 6:30 hs con una temperatura de 5°C y un viento moderado, alcanzando la vega superior a las 8:45 hs. A esa altitud y sin la protección de paredes, el viento hacía sentir la baja de la sensación térmica. Buscamos un gran bloque donde protegernos hasta la salida completa del sol y aprovechamos para hidratarnos y comer algunas barras y muesli.

A las 9:30 encaramos el acarreo, Patricio, Eduardo y yo, junto a tres perros que se nos habían acoplado en veguitas. Gustavo regresó al refugio, ya que su objetivo era alcanzar las vegas superiores y evaluar su estado.

Luego de dos horas alcanzamos la quebrada entre los cerros A. Calle y Stepanek y nos dirigimos al fondo de la misma para encarar el segundo tramo complejo del cerro: el acarreo que lleva a la cumbre. Este último tiene un efecto de desgaste anímico ya que cada dos pasos de desciende uno. Aquí es donde hay que “ponerle cabeza” al juego para alcanzar el objetivo.

Nos fuimos separando pero sin perder contacto visual o radial y a las 14 hs, Patricio me comunica que había alcanzado la cumbre. Cinco minutos después, llego yo y diez minutos más tarde, lo hace Eduardo logrando su segunda cumbre en el fin de semana.

Fue una emoción enorme el haber alcanzado la cumbre con amigos y en un día tan representativo. Luego de las fotos de rigor descendimos (los seis: nosotros tres y los tres perros) hasta la antecumbre para hidratarnos y repararnos de viento, que a esa hora se estaba haciendo notar. Además, la aparición de nubes altas hacía presagiar un cambio de tiempo, el cual se confirmó esa tarde/noche, y no queríamos tener que encarar los acarreos con mal tiempo.

La bajada hasta el refugio se hizo sin dificultades, enarbolando la celeste y blanca atada a los bastones y con la satisfacción de haber conseguido todos los objetivos propuestos.

Agradecemos la hospitalidad de Vane y Guille del refugio Maussy y en particular quiero destacar la predisposición del grupo al trabajo en conjunto y a la tarea que cada uno tenía asignada.

Guillermo Daniel Dobaran

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